Hurricanes, earthquakes, and other natural disasters obey the same mathematical patterns.
Si se toma nota de la magnitud de varios fenómenos naturales catastróficos y se dibuja en un gráfico cuantos episodios han tenido lugar de cada uno de ellos a lo largo de la historia, el resultado no es impredecible. Muy al contrario sigue una curva muy bien definida en la que, por suerte, cuanto mayor es su capacidad de devastación, menor es la frecuencia con que se convierten.
Por ejemplo, muy pocos terremotos llegan a ser catastróficos, mientras que continuamente tienen lugar numerosos terremotos pequeños o bien sismos que la mayoría de ellos son tan débiles que pasan desapercibidos para las personas y solo pueden ser detectados por instrumentos muy sensibles. Pero esta información es fundamental para poder calcular los riesgos asociados.
Sin embargo, esta dependencia no siempre suele ser la misma ni se ajusta a la misma función matemática, en particular con respecto a los eventos mas grandes. Álvaro Corral y Álvaro González, investigadores del Centro de Investigación Matemática (CRM) y el
Departamento de Matemáticas de la UAB, han realizado un análisis estadistico preciso de todo un conjunto de fenómenos naturales que pueden provocar desastres:
Terremotos, Huracanes, Incendios forestales, Impactos de meteoritos en la atmósfera, lluvias torrenciales y hundimientos del suelo.
Tras analizar los datos de miles de episodios de diferente intensidad de cada uno de estos fenómenos, estos investigadores han conseguido describir con una misma técnica matemática las funciones que relacionan la frecuencia de estos fenómenos con el valor de su magnitud o tamaño. La mayoría de ellos siguen la llamada
ley de potencia, según la cual los eventos son cada vez más abundantes cuanto más pequeños son, sin que tengan un tamaño “normal” o típico