Errores y logros en el pronóstico del huracán Dorian

Dorian devastó todo lo que encontró desde Bahamas hasta Canadá. El Centro Nacional de Huracanes estudió la formación y el desarrollo de la tormenta, y qué tan bien los meteorólogos pronosticaron su trayectoria e intensidad.

¿Cuál fue el veredicto?

Dorian se convirtió en una tormenta tropical el 24 de agosto de 2019 en medio del océano atlántico, cruzó el Mar Caribe Oriental, pasando por la Isla Virgen y Puerto Rico. Pero este era solo el inicio de un viaje que duraría 15 días y dejaría centenares de víctimas.

La Trayectoria

La tormenta comenzó como una pequeña perturbación en una zona dl Caribe con aire seco, que tiende a debilitar los posibles huracanes. En el modelo numérico europeo, el que más confiable en los últimos años, no pudo predecir su génesis y el modelo GFS predijo que se formaría mucho más al este. Además, cuando la tormenta comenzó a tomar forma, los pronosticadores no coincidían en dónde estaría el centro de la tormenta. “El pronóstico de Doria fue extremadamente difícil porque estábamos rastreando tres centros”, dijeron los especialistas.

Una de las primeras trayectorias para Dorian era que iba a cruzar sobre la Española y Puerto Rico, donde se esperaba que las montañas disiparan la tormenta. Otro pronóstico lo mostró yendo hacia Florida. La sorpresa llegó cuando Dorian se formó y giró hacia la derecha, interactuando con agua más cálida. Gracias a esto, la tormenta pudo intensificarse rápidamente en un huracán, lo que resultó en una falta de advertencia, adecuada para algunas de las islas que quedaron a su paso, según el informe.

La intensificación

Después de la etapa de formación, los pronosticadores lograron predecir la trayectoria de la tormenta sin mayores dificultades. Donde se quedaron cortos fue en determinar la intensidad de Dorian. No hubo indicios de que se fortaleciera hasta convertirse en una tormenta de categoría 5 con viento sostenido de 300 km/h, y menos que se detendría durante varias horas sobre las Bahambas.

Otro gran dilema que tuvieron los meteorólogos fue la de emitir o no advertencias para Florida. Los pronósticos mostraban que la trayectoria se desviaría hacia el norte, evitando el estado. Pero considerando los fallos anteriores, había grandes dudas en los pronósticos. Fue así que vieron una ventaja en lo que no había sido posible prever. La tormenta no se movía rápido y, si se desviaba de la trayectoria pronosticada, habría tiempo para ajustar las advertencias.

Al final, Dorian efectivamente dio un giro en su trayectoria hacia el norte como estaba previsto y este pronóstico exitoso les ahorró a los residentes y gobierno de Florida mucho dinero y evacuaciones innecesarias.

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